No existe otra oferta tan atractiva para enviar ayuda a las familias en Cuba como La Jabita Familiar (LJF). Al principio muchos se mostraban escépticos, pues al ser una oferta tan diferente a lo que la gente está acostumbrada, cuesta trabajo romper ciertos paradigmas y esquemas mentales. Pero poco a poco ha ido calando en la mente de mucha gente las ventajas de tener una suscripción GRATUITA que aparte de garantizarte PRECIOS MUY EXCLUSIVOS con el envío incluido, también te permita ganar un dinerillo extra.
Veamos algunos casos concretos de cómo algunos cubanos están usando La Jabita para ahorrarse dinero en los envíos y otros hasta para ganar algo de dinerito. Los casos son reales, pero hemos cambiado los nombres por discreción y respeto a la confidencialidad.
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Anita, la de Ciego:
Anita tiene en Cuba a sus padres y hermanos. Todos viven en Ciego de Ávila. Anita trabaja duro e incluso con la economía como está, ella le envía algunas cosas a sus padres desde Lehigh Acres, una población en crecimiento a unas 2 horas de Miami. Antes, Anita se iba a varias tiendas, invirtiendo gasolina y tiempo tratando de encontrar y comprar los productos más baratos, lo que no siempre conseguía.
Luego las llevaba a la Agencia y pagaba a $8 la libra, más un recargo de $40 dólares por tratarse de provincia. En total todo le salía mucho más caro que cuando quiere enviar algo con La Jabita, sin tener que moverse de su casa. Y mientras más productos o artículos agrega a su Jabita, más ve el beneficio de su Membresía gratuita. Incluso fue a Cuba y Mundos Travel (una división de negocios de Mundos International) le ofreción un descuento por haberse suscrito a LJF.
Ya Anita tiene 3 recomendados directos que le reportan unos cuantos dolarillos cada mes. Ella nos dijo que su meta era conseguir al menos 10 recomendados, no para que lo que envía en su Jabita le salga gratis, sino para disponer de un dinerito extra y poder ayudar más a la familia.
Alejandro, el Santiaguero:
Alejandro también tiene a sus padres en Cuba y a sus dos hermanas casadas y con hijos, pero él radica hace años en Berlín, por lo que se le hace mucho más difícil ayudarles que a los que viven en Estados Unidos o México. Alejandro se suscribió a La Jabita y todos los meses no sólo puede ayudar a sus ancianos padres, sino que siempre agrega algo para sus hermanas y sobrinos, e invierte mucho menos de lo que antes invertía, pues desde Europa todo es más caro y más difícil.
Él no había entendido cómo funciona eso de los Afiliados y Recomendados, pero cuando se lo explicamos bien quedó encantado. Está seguro que si LJF le ha servido tanto a él, también puede ser útil para otros que quieren ayudar a su gente en Cuba.
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Maritza, la de Nueva York:
Bueno, Maritza es de Nuevitas, pero vive hace 25 años en la Gran Manzana. Ella está retirada y con lo poco que le paga el Seguro Social y como están de caras las cosas, ni siquiera puede enviar una ayuda mensual a sus dos hermanos, también personas mayores, que viven en Cuba. Sin embargo, eso no le impidió hacerse miembro de LJF.
Ella habló con María Emilia, su amiga del mismo barrio en Cuba que vive en New Jersey y se pusieron de acuerdo las dos, y aunque la membresía está a nombre de Maritza, todos los meses la envían a la casa de los familiares de María Emilia en Camaguey, in dicando lo que es para una familia y lo que es para la otra. Luego la familia de Maritza, cuando puede viaja a Camaguey y recoge lo suyo. De esta manera, las dos lograron que aún teniendo escasos recursos, sus familias reciban una ayuda que les sale mucho más económica que si la enviaran con una Agencia tradicional. Y todo sin tener que salir de su casa, lo cual se aprecia sobre todo durante el crudo invierno de New York.
Resumen
Los casos son muchos y cada persona va acomodando la oferta a sus condiciones particulares y las necesidades de su familia. Lo innegable es que vayas donbde vayas, y mires donde mires, no hay otra oferta a Cuba como la de La Jabita Familiar.